Alimentación Escolar

A partir del tercer año, los niños experimentan un crecimiento lento pero continuo durante una etapa bastante larga denominada edad escolar, que se prolonga hasta el comienzo de las manifestaciones puberales o etapa preadolescente.
Los requerimientos nutricionales durante estos años van variando a lo largo de los mismos, dependiendo del ritmo de crecimiento individual, del grado de maduración de cada organismo, del sexo, de la actividad física y también de la capacidad para utilizar los nutrientes procedentes de la ingesta alimentaria. Es por ello que se debe considerar la edad escolar como una etapa muy sensible a cualquier carencia o desequilibrio, ya que ello podría comprometer tanto el crecimiento como el desarrollo armónico deseable para todos los niños.
Al igual que en otras etapas, para poder elaborar una ración alimenticia equilibrada es preciso conocer las
recomendaciones en energía y nutrientes que se traducirán en un reparto idéntico al recomendado para los
adultos, es decir, 55-60 por 100 de la energía en forma de hidratos de carbono, 30-35 por 10O en forma de
grasas y 12-15 por 1OO en forma de proteínas.

En consecuencia, en la alimentación de los escolares no deben faltar alimentos suministradores de energía,
para el crecimiento y capaces de regular todas las funciones orgánicas.